Después de dejar la playa fuimos a
Constanta. Buscando rápidamente imágenes en el Google sólo
encontramos un edificio importante. Era una enorme construcción
modernista en la orilla misma del mar. Al llegar a la ciudad no
encontrábamos el edificio por ninguna parte. La ciudad seguía la
linea de otras ciudades por las que habíamos pasado aunque quizás
con un aire más moderno. Había un enorme centro comercial y muchos
hoteles nuevos. Suponemos que debe ser un destino turístico
importante. Paramos en un súper para llenar la despensa y cuando
salimos ya era de noche. Una vez más nos tocaba buscar “hotel”
casi a oscuras. Encima necesitábamos urgentemente internet para
encontrar un Helpx en Bulgaria, ya que al final no podíamos ir al de
Rumanía que teníamos pensado. Así que ya nos veis con el portátil
en marcha enganchado a la ventana callejeando para cazar alguna
señal. Lo hemos intentado dos veces y no hace falta que lo
intenteis: no funciona, a no ser que el ordenador sea
súper-megaveloz, que no es nuestro caso. Parecíamos de la secreta.
Desistimos de internet y seguimos buscando parking.
Como estábamos cerca del mar pensamos
que sería un buen sitio para comer pescado fresco. No es fácil
encontrar pescado en los súpers y menos aun encontrar una
pescadería. Pero nos quedamos con las ganas porque para sorpresa
nuestra nos dijeron que no había ningún restaurante que lo
sirviera. Como ya era tarde nos tuvimos que conformar con los restos
de la noche anterior.
Y de aquí ya salimos en
dirección a Bulgaria. Nos han aceptado en la casa de unos ingleses
en un pueblo que se llama Lomtsi. Calculamos que en una semana
estaremos allí. No pasaremos por Bucarest. Es posible que nos
estemos perdiendo una joya, pero con la visita a Budapest llenamos el
cupo de ciudades grandes al menos hasta Estambul.
Y se acabó Rumanía. ¡Ay, Rumanía!
Aun no hemos marchado y ya la echamos de menos... Queda apuntada para
un próximo viaje.
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)








.jpg)
.jpg)
.jpg)
