martes, 22 de octubre de 2013

Cruzando Rumanía

Desde las montañas de Transilvania nos hemos dirigido al Este. Habíamos mandado tres solicitudes para hacer un Helpx cerca de la ciudad de Brasov, pero no nos han contestado. Como nos está gustando mucho este país decidimos ir al delta del Danubio y volver después a Brasov a la casa de un señor que nos había dicho que podía acogernos a partir del 28 de octubre.
En el camino hacia el delta paramos en Medias, Bresiev y Sighisoara. Estos tres pueblos tienen en común las iglesias fortificadas medievales. Sighisoara es conocida además por ser la ciudad natal de Vlad Dracul, el empalador que inspiró las historias del Conde Drácula. En estas tierras también está el castillo de Drácula, pero descubrimos dónde estaba cuando ya habíamos pasado de largo. Continuamos viajando con la boca abierta. No deja de sorprendernos todo lo que vemos. Hay algo agradablemente familiar en este lugar que no sé muy bien qué es. Tal vez sea la temperatura cálida de otoño que nos recuerda más a casa, o el hecho de poder hacernos entender mejor, o conocer gente que antes vivía por aquí. Pero a mí particularmente estos pueblos me recuerdan a otros que he visto en Centro América. Calles sin asfaltar, gallinas campando por los caminos, casas con tejados de lata, gente caminando despacio con sus carros y sus vacas, niños saludando emocionados a nuestro paso, perros por todas partes...
Hemos pasado también por algunas ciudades que nos han servido para hacer gestiones que no podíamos hacer de ninguna otra manera. Las ciudades nos parecen bastante feas en general. No suelen haber edificios dignos de mención y hay una mezcla de supervivencia y deseo de occidentalización que resulta bastante chocante.
     En nuestro camino nos hemos encontrado a Paco y Lola, una pareja de artistas madrileños que están llevando a cabo un curioso proyecto, no se si seré capaz de explicarlo. Han tomado las coordenadas de un paralelo y han dado la vuelta al mundo sobre este paralelo colocando placas cada 100 kilómetros aproximadamente y haciendo fotografías. Empezaron hace seis años y ahora están volviendo a los lugares por donde pasaron para ver qué ha pasado con esas placas. Nos explicaron que han encontrado el país muy cambiado. Hace 6 años, nos contaron, los niños iban descalzos por la calle y la pobreza era totalmente palpable. Dicen que se notan por un lado las ayuda recibidas por los fondos europeos y por otro los ahorros que han podido enviar aquellos que emigraron. De hecho hemos encontrado mucha gente con familiares trabajando en España o Italia y todos habían podido hacer algunas reformas en sus casas.
En cuanto al tiempo, después de unos días de sol, la lluvia nos encontró. Tampoco fue ninguna exageración, pero lo suficiente como para convertir los caminos en barrizales que nos dieron más de un susto. Siempre teníamos el tranquilidad de que en caso de quedarnos embarrancados no faltarían tractores para sacarnos. La temperatura sigue siendo agradable durante el día, pero en cuanto se pone el sol, allá a las 6, refresca y alguna noche hemos tenido que poner la calefacción un ratito. Por cierto, aquí es una hora más tarde. Cuando en España son las10, aquí son las 11.


No hay comentarios:

Publicar un comentario