martes, 22 de octubre de 2013

El delta del Danubio

     Y después de tres o cuatro días de ruta dejando atrás las montañas y atravesando la llanura llegamos a Murghiol, en el delta del Danubio. Nos instalamos en un camping porque necesitábamos urgentemente hacer lavadoras y limpiar a fondo la auto, y limpiarnos a fondo también nosotros... Habíamos visto un camping por internet, pero al llegar al pueblo vimos que estaba lleno de diferentes alojamientos. Nada más llegar un hombre nos lleva hasta su camping. Es un poco cochambrosillo y no tiene internet. Nos dice que él es el único que está abierto, pero por si a caso seguimos buscando. En el que habíamos visto por internet no aparece nadie así que al final acabamos en una pensión-camping con bungalows. Como no hay ningún huésped más nos dejan usar la casita donde está la cocina, un salón y el baño. ¡Vaya lujazo! Siempre que tenemos cocina, aprovechamos para hacer una buena tortilla de patatas y un caldo de esos que hacen chup-chup tranquilamente. Esta vez fue un potaje de judías con panceta y butifarra. Nada, algo ligerito... Al día siguiente de llegar fuimos a dar un paseo en lancha. Nos pareció un poco caro, 50€ los tres por un paseo de 2 horas, pero tampoco podíamos ponernos a buscar y comparar precios. Por otra parte, esa era la única manera de poder ver algo.


   La zona es impresionante, gigante. El río se divide en tres brazos serpenteantes y cientos de lagos y humedales. Parecía que habíamos vuelto a los manglares de Venezuela. En primavera está lleno de pelícanos, pero ahora ya han marchado y solo pudimos ver uno despistado. También pudimos ver un montón de cisnes, garcetas, gaviotas y un cormorán grande. El Teo dice que le gustó ir en el “catamarán” pero se asustaba un poco cuando iba muy rápido. Bueno, yo también..
.Cuando marchamos de allí nos dirigimos hacia el sur y después de mucho buscar acabamos aparcando en el parking de unas ruinas romanas al lado de un lago muy cerca del mar. Por la mañana fuimos a dar un paseo a ver si veíamos el agua, pero fue imposible. En lugar de eso, el Teo se encontró una serpiente "morida".

   

   



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