Los Balcanes deben de ser preciosos.
Cuando no hay niebla. Y es que no hemos visto nada de nada. Todo el
camino nos ha perseguido una niebla espesa que no dejaba ver a más
de dos metros. De vez en cuando había algún claro y hemos podido
ver algún hayedo, tramos de coníferas y prados alpinos. Pero no
encontrábamos donde parar. Con la lluvia los pocos entrantes estaban
embarrados y no nos podíamos arriesgar a quedarnos enganchados. Y en
todo el camino, ni un pueblo. O al menos no lo hemos visto. Así que
nuestra visita a los Balcanes ha sido subir la montaña y bajar la
montaña. ¡Con la ilusión que nos hacía! Hemos parado en el primer
pueblo después del parque esperando algo especial, pero no. Nos está
costando encontrar sitios bonitos en Bulgaria. Quizás no sea un país
para nosotros. Seguramente tiraremos hacia Turquía sin encantarnos
demasiado.
(13 noviembre 2013)
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