Estas dos últimas semanas hemos estado
en un pequeño pueblo llamado Lomtsi, al norte de Bulgaria. No hemos
escrito antes porque la verdad, los ratos que teníamos para usar
internet los hemos aprovechado para charlar con la familia y ver
dibujos animados.
Estamos en casa de Sheleen y Andrew,
una pareja inglesa que se enamoraron del lugar y decidieron quedarse
hace ya seis años. Andrew no estaba porque había tenido que marchar
a Inglaterra. Ah! Y además de Sheleen estaban sus tres perros,
Dante, Little Fellow y Nillie. Son un poquito chillones, pero qué se
le va a hacer... Sheleen adora con locura a los perros, así que
Atlanta ha estado como una reina, comiendo higaditos y patitas de
pollo. No nos ha faltado el trabajo. En casa de Shellen hemos cortado
leña, hemos limpiado el jardín, hemos hecho algunas tareas de casa
y hemos cocinado. Por otra parte también estaba la casa de su madre,
que ha estado cerrada desde que la compraron hace cinco años y
necesitaba muuuucho trabajo: sacar los muebles viejos, limpiar
telarañas, barrer, romper, podar todos los árboles, recoger miles
de nueces, quemar todo lo quemable, hacer una valla... A parte de
nosotros también estaba John, un amigo griego que también ha hecho
algo de trabajo. La verdad es que, como siempre, hemos estado de
lujo. Shelly es una gran cocinera y nos ha preparado unos platos
deliciosos. Nosotros también hemos puesto todo nuestro empeño para
dejar nuestra habilidad culinaria en buena posición y hemos cocinado
croquetas, tortilla de patatas, porrusalda, arroz con leche, trinxat
de la Cerdanya y, como no, panellets para Tots Sants. Mañana
prepararemos una paella. Faltan algunos ingredientes un poquito
importantes, como la sepia, las almejas y los escamarlanes, pero es
que aquí no es fácil encontrar estas delicatessen. Con unas
gambitas congeladas y unos mejillones pelados intentaremos hacer algo
decente. Lo bueno es que nadie ha probado antes la paella...
La casa es muy bonita y acogedora. ¡Y
tiene ducha con agua calentita!. El tiempo ha seguido siendo
impresionante y hemos podido estar fuera todos los días. Un día
fuimos a Popovo, el pueblo grande más cercano y comimos en un
restaurante. Antes dimos una vuelta por el mercadillo. Fue como hacer
un viaje en el tiempo aunque no sabríamos muy bien cuánto tiempo
atrás, tal vez 30 o 40 años. Y no solo el mercadillo, también las
calles, los parques, las tiendas. Era difícil saber si lo que
vendían era nuevo o de segunda mano.
En este Helpx también han habido
algunas cosas que no nos han gustado tanto, pero no tenemos ningún
derecho a quejarnos. Como ya hemos dicho alguna vez, el hecho que
alguien te ofrezca su casa, su respeto y su confianza queda por
encima de cualquier incoveniente.
Desde aquí iremos rumbo al sur, como
siempre. Queremos pasar por las montañas de los Balcanes, que están
en el centro del país y desde allí no sabemos muy bien si iremos
hacia el Mar Negro otra vez para entrar en Turquía por Istambul o si
bajaremos recto para entrar por el oeste del país. Por cierto, ya
tenemos los billetes para ir a Cataluña en diciembre. Saldremos
desde Istambul el 17 y nos volveremos el 8 de enero. Al final la
Atlanta se quedará en Turquía. A través de una amiga de Roquetes
hemos contactado con un chica que vive allí. Sus padres cuidarán de
la Atlanta y la Mestral mientras estemos fuera. ¡Moltes gràcies,
Susanna! Pero aún queda mucho para eso. De momento seguiremos
descubriendo Bulgaria.
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